Hoy estamos ante las primeras protestas a nivel nacional sobre la constante alza de los precios de artículos de la canasta familiar.
Hasta hora la política del MAS de valorar los ingresos personales, vía baja de precios de servicio o bonos a las familias ( Juancito Pinto, Juana Azurduy, Renta dignidad, etc.), tuvieron éxito.
Pero desde la medida del gasolinazo dictada por el gobierno del MAS, el barco dio un giro de 180 grados, la confianza de la población boliviana, en esta tripulación de que sabia lo que hacia cayo, peor aun, ante la escases de uno de los artículos más básicos de la subsistencia alimentaria, como es el azúcar.
En estos 6 años de gobierno del MAS, la inversión publica y privada se resintió.
La primera por una falta de capacidad de gestión, de un gobierno sin metas claras, en conductas erráticas en función de las circunstancias o promesas de un plan político antes que económico, como es el “vivir bien”. Estableciéndose, la improvisación plena, seguimos aun desmontando la descolonización, donde lo ai, se volvió lo normal.
La segunda, en algún momento, tanta acumulación política del poder, resistió la maquinaria económica, ante el fantasma “de la confiscación”, bajando radicalmente el flujo de las inversiones privadas, en el sector agrícola. Parando en seco la frontera de las tierras agrícolas, lo que no acompaño al crecimiento de la demanda real de alimentos en el país.
Una solución
En esa tendencia socialista, una solución posible seria la monopolización de 10 artículos de la canasta familiar, donde el estado sea el único comprador y vendedor intermediario, de esos productos, pero no hacerlo a medias como lo están realizando INSUMOS BOLIVIA y EMAPA, sino así de manera radical.
Esta seria la única manera, de garantizar la capacidad de regenerar la fuerza de trabajo, y siguiendo la tendencia de la tecnología, estos productos en vez de encarecerse deberían tener a bajar su precio.
Esto blindaría el poder adquisitivo de los ingresos personales de subsistencia.
¿Como hacerlo, es la tarea del gobierno del MAS?
Ya alguien dijo un país 2 sistemas o no importa de que color sea el gato, si no que cumpla su función.
Lo contrario, como se ve, generara el inicio de las protestas sin fin, y las solicitudes de salarios con escalas móviles y la activación de la inflación, será pan de cada día
¿El gobierno tendrá esa capacidad de gestión en la administración de esos 10 productos?
Tarea pendiente para el MAS y su subsistencia en el gobierno.
